domingo, 4 de diciembre de 2016

Cinco cosas que puedes hacer si no llegaste a la Feria del Libro de Guadalajara y de verdad te molestó el cintillo


Si no llegaste
a la Feria del Libro de Guadalajara y de verdad te indigna que a las mujeres escritoras sólo se les identifique por sus relaciones maritales y sexuales con los escritores o por las opiniones de éstos, puedes apoyar comprando y leyendo libros de mujeres que hicieron su carrera sin el amparo de un hombre, muchas veces a pesar de ellos y de sus familias machistas, a las que los hombres les escondían las píldoras anticonceptivas para que se embarazaran y dejaran de escribir, y que no publican apologías del trapeador sólo para que las inviten a las ferias.

Además, si de verdad quieres más escritoras mexicanas independientes:
·       Puedes dejar de ignorarlas intencionalmente. Te ahorras tiempo refrenando tus impulsos. Puedes tratarlas como hablarías de un hombre. Y puedes dejar de escribirles sólo en secreto para que nadie te vea.
·       Puedes ser crítico, pero preguntarte seriamente si no hay ninguna motivación personal que no te molestaría si fuera escritor varón. Y puedes hacer tus comentarios y reseñas tan públicos como los expresas sobre un hombre, para no hacerles el vacío.
·       Puedes comprar y leer novelas impúdicamente feministas y sobre el feminismo, y puedes pedir a los libreros y a los reseñistas que incluyan esos libros en sus catálogos, aunque sea para chismear la vida amorosa de las autoras.
·       Si eres mujer, puedes dejar de reducir el trabajo de una escritora a la trivia y empezar a leerla. Puedes dejar de espiarla sigilosamente y empezar a decir en público lo que opinas.

Si haces todo eso, o algo de eso, fomentarás que haya más escritoras sin referentes masculinos.
     De paso, si eres mujer:
·       En cualquier conversación profesional relacionada con tu carrera o tu trabajo, cuando una mujer hable, repite tú lo que dijo y opina (ya sea a favor en contra de tu colega) para que su voz tenga tanto micrófono como el que les das a los hombres, y pídele que ella haga lo mismo por ti.

El cintillo que rebasó el parámetro sexista aceptable.

Si a los escritores los describieran como a las escritoras.



2 comentarios:

  1. Óscar Enrique Ornelas4 de diciembre de 2016, 15:34

    Por eso el llamado Premio Iberoamericano de Novela "Elena Poniatowska" de la Ciudad de México lo han ganado desde su creación en 2008 mayoritariamente puros hombres, todos ellos ligados de una u otra forma a la industria editorial oligopólica de ambos lados del charco o a la burocracia conaculta. 500 mil pesotes, 24 mil 254.28 dolarucos al tipo de cambio actual; buena suma, aunque no te alcance para comprar un BMW de los más baratitos modelo 2017. Y no es insulto sino estrictamente un análisis de sociología cultural. El primero se lo ganó un amigo: Álvaro Uribe (el escritor mexicano, no confundir con el narco-paraco-parapolítico colombiano.) Yo mismo hice notar la incongruencia en uno de mis comentarios diarios cuando trabajaba en un noticiario matutino acá en Chihuahua: se suponía, según la propia Elenita, que el premio estaba destinado a promover la literatura escrita por mujeres. Ni modo --le dije al Alvarito un día que me lo encontré en la FIL--, tuve que deslindarme. Por cierto, en ese entonces nadie presentó a Uribe como "el esposo de la poeta Tedi López Mills." Pero hace poco Valeria Luiselli presentó en México su nuevo libro sobre los migrantes --el tema de moda,como antes "las muertas" de Ciudad Juárez. ¿Quieren publicar o ganarse un premio? Escriban sobre la tragedia de los migrantes--. En las notas culturales la identificaron de inmediato como la consorte de Álvaro Enrigue, otro ganador del Poniatowska. Finalmente, para no hacer el cuento largo: otro señor, un perfecto desconocido de nombre Emiliano Monge (politólogo, dicen) se acaba de llevar el premio de Elenita ¡por una novela sobre los migrantes centroamericanos! El establishment cultural siempre es previsible. Igual que la casta política

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